La devoción a San Judas Tadeo inicio en Chile por la llegada de los padres claretianos, procedentes de España, los cuales se establecieron en Santiago en 1870, con su llegada a este país, expandieron la congregación y devoción a otras ciudades del país como Copiapó, La Serena, Antofagasta, Curicó, Valparaíso y Temuco, donde se dedicaron a establecer dispensarios, colegios, internados y comedores.
Fue en 1879 cuando se bendijo e inauguro la Basílica del Corazón de María en el centro de Santiago, convirtiéndose en la sede de la orden a nivel nacional. La imagen de San Judas Tadeo fue traída por un sacerdote de España en 1910, convirtiéndose en la más venerada por la orden claretiana y replicada en las iglesias de todo el país pertenecientes a la orden.
En el año 1922 se rezó por primera vez en ese país la novena a San Judas Tadeo, iniciando la expansión de su devoción a otras ciudades de Chile, especialmente donde se encontraban establecidos los claretianos, imprimiendo estampas y novenas haciendo que la orden se mantuviera en Santiago y a nivel nacional.
En la actualidad, los 28 de cada mes acuden a la Basílica del Corazón de María, miles de fieles a San Judas Tadeo, para participar en las misas y darle gracias por todos los favores recibidos, además, los 28 de octubre de cada año se realizan procesiones alrededor de la Basílica, donde participan personas de distintos puntos de la ciudad y del país; también se realizan misas ese día durante 12 horas.
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San Judas Tadeo no solo cuenta con una gran cantidad de devotos que lo veneran constantemente en Santiago, también cuenta con muchos fieles en la Región de O’Higgins donde fue elegido como el santo patrono y en la localidad de Malloa.
Millones de peregrinos de la Región de O’Higgins y de otras localidades, se reúnen los 28 de octubre de cada año para rendir culto a San Judas Tadeo, en este lugar la devoción tuvo su punto de partida en el año 1877, cuando un sacerdote italiano trajo una pintura con la imagen de Judas Tadeo, justamente cuando se había propagado un brote de cólera, encomendando a este santo todos los enfermos, los cuales fueron curados luego de haber realizado una procesión desde Pelequen hasta Malloa, allí fue colocada la imagen de San Judas Tadeo en el altar de una iglesia de la localidad.
