Las actividades humanas y algunos cambios propios del planeta han contribuido con gran fuerza para que estemos viviendo a plenitud un fenómeno denominado, calentamiento global, el cual consiste en el aumento de la temperatura del sistema climático que rige a la Tierra. Así pues, si consideramos que se estima que aproximadamente desde la segunda mitad del siglo XIX este evento se viene haciendo cada vez más potente, estimar consecuencias es una labor que de alguna manera puede ayudarnos a dimensionar qué es exactamente lo que está pasando.
Debido a que los patrones meteorológicos son los más afectados, las secuelas del calentamiento global se perciben en los océanos, desiertos, bosques y en la salud del ser humano, así que veamos con algo más de detenimiento estos aspectos.
El calentamiento global y sus efectos
Aunque históricamente el clima de la Tierra siempre ha oscilado, lo más preocupante que revelan en conjunto, las causas del calentamiento global, es que el ser humano es quien más ha influido para que estas ocurran.
- Efecto invernadero: la continua emisión de gases que se acumulan en la atmósfera tras la quema de combustibles fósiles como la gasolina además de la emisión del dióxido de carbono y muchos otros derivados que emanan de las grandes industrias consiguen una acumulación exagerada en la atmósfera que ayuda a incrementar los cambios de temperatura.
- La deforestación: el desequilibrio medioambiental que ocasiona la quema indiscriminada de árboles hace que la capa de ozono se deteriore cada vez más ya que son ellos los que asumen el rol de purificar el aire.
- Pérdida de la biodiversidad: ante lo variable del clima, muchas especies definitivamente no han conseguido adaptarse a las nuevas condiciones y ya no tienen a donde emigrar, esto a su vez genera que algunos animales y plantas definitivamente desaparezcan.
- Falta de alimento: las sequías o las lluvias interminables interfieren para que los cultivos se den con normalidad y exista el correspondiente abastecimiento.
¿Qué hacer al respecto?
Las acciones cotidianas, aunque no representan un remedio definitivo, sí alivian un poco la situación. Es así como se sugiere utilizar bombillas ahorradoras en casa, clasificar las basuras, reutilizar todo lo que se pueda y apostarles a las energías limpias.
Prestar atención al tipo de fertilizantes que se usen, al mantenimiento del coche y sobre todo establecer una meta personal para generar cada vez menos basura son algunas de las cosas que están al alcance de todos y que marcan la diferencia.