No es extraño ver a personas con audífonos en cualquier lugar, incluso en salones de clase, en conciertos (increíble), en estadios deportivos, mientras ven televisión (absurdo), pero no quiere decir que esas personas, aman o adoran apasionadamente la música, no quiere decir que podrían cambiar su estado de animo por quitarse los audífonos.
Melómano sin Cura
Esta peculiar característica que tienen algunas personas es, sin duda, una buena pasión que puede convertirse en un problema pequeño, nos referimos a que un melómano no distingue, hora, lugar o momento de oír o hacer música, y mejora su estado emocional cuando entona una canción, cuando oye una secuencia de melodías particular, incluso cuando siente una vibración de una nota aguda.
Como ocurre con algún tipo de adicción, los síntomas de la abstinencia son dolorosos, si no se tiene la dosis diaria puede aparecen la migraña, o el desánimo, la apatía, la ausencia de concentración, la ansiedad, el mal humor, y suena ilógico pero la música puede sanar un malestar físico. Hablamos de estímulo de las hormonas de la felicidad y el sosiego.
Hay una teoría que sostiene que ciertas notas musicales acompañadas de una gran disposición mental podrían cambiar el color del iris de nuestros ojos, entonces ¿Por qué la musica que nos gusta mezclada con la mejor energía no podría aliviar un dolor sentimental o físico? Seguramente funciona. En conclusión, queda en nuestras manos probar y constatar si efectivamente tenemos algo de melómanos, si la musica nos enamora y nos atrapa con tal fuerza que puede mejorar nuestro día o nuestra relación con los demás, escucha lo que te apasiona y canta como si nadie te estuviese viendo.