Un compás musical que se encuentra divido en ocho tiempos y que progresivamente suenan en una canción, es el orden perfecto para que una melodía sea ejecutada. El orden mundial es como ese compás musical, cada uno debe respetar su tiempo de acción y cada uno hace parte importante del otro.
El desarrollo de una sociedad sana y llena de principios no se lo lograría sino no se cumplen los requisitos necesarios de educación, formación profesional, instituciones dedicadas a la salud y gubernamentales que son como los tiempos parte de un compás musical donde la música sería el desarrollo de la nación, la obra final.
La música y el progreso cultural
Cada día se presencia como nuevos artistas promocionan sus talentos por medio de redes audiovisuales y en lugares públicos como metros o avenidas, y con suficiente tesón y sacrificio presentan un espectáculo de calidad para el público. Y es que mientras más se desarrolla una comunidad, la música evoluciona simétricamente a esta, aumenta la matrícula escolar en instituciones donde la música se imparte y mayor cantidad de artistas son exportados.
La música base de la sociedad
Grandes personajes de la historia como presidentes o deportistas de índole famosa, tienen el dominio de un instrumento musical en particular y son parte activa de este desarrollo, pues la música como profesión o como pasatiempo brinda disciplina a sus practicantes, y contagia esfuerzo y dedicación para desarrollar tareas de otros ámbitos.
Casos como el piloto de Fórmula 1, Lewis Hamilton que domina a la perfección el uso del piano o el de actores de Hollywood como Jason Momoa que toca la guitarra con habilidad.