Comúnmente, muchas personas entran en pánico al notar la presencia de bolitas blancas al fondo de su garganta, a las cuales se les denomina cáseum, y son pequeños bultos que desprenden olores desagradables, convirtiéndose así, en una fuerte causa de mal aliento.
A estas protuberancias también se les llama tonsilolitos o simplemente, piedras en las amígdalas. Aunque no acarrean problemas graves, pueden molestar al tragar.
¿Qué es el cáseum y cuáles son sus principales causas?
Otra manera de definir a los tonsilolitos, es como “cálculos amigdalinos”, y no son más que restos de comida, mucosa, bacterias y demás desechos endurecidos.
Estos residuos se acumulan en las cavidades ubicadas alrededor de las amígdalas y, con el tiempo, se calcifican formando bolitas blancas o de tonos amarillentos.
Generalmente aparecen después de superar alergias, o sencillamente cuando se atiende indebidamente un resfriado. También surgen por falta de higiene bucal.
El cáseum puede ocasionar la sensación de tener un cuerpo extraño dentro de la garganta, así como dificultad al comer, cuando son protuberancias grandes.
Tal como indicamos anteriormente, son las responsables del mal aliento, pero también pueden producir inflamación, además de causar tensión, vergüenza, u otras incomodidades psicológicas.
Prevención y formas de quitar los tonsilolitos
Entre las medidas de prevención, podemos recurrir a cepillarnos constantemente, eliminando los residuos de comida antes de que se acumulen en la garganta.
No obstante, cuando el cáseum ya está alojado en las cavidades que rodean las amígdalas, también es útil hacer gárgaras de agua tibia y sal.
Para removerlos, debemos intentarlo suavemente con un hisopo y nunca con las manos, sin embargo, es la opción menos recomendable porque podemos contraer infecciones.
El último recurso es someterse a una amigdalectomía, es decir, una cirugía para extirpar ambas amígdalas, que erradica el resurgimiento de las apestosas bolitas blancas.