Los estímulos inversos son frecuentes en el ser humano y en su vida tiene encuentros con estos de forma múltiple, siendo uno de los más comunes el dolor, desde sufrir accidentes o en situaciones más minimalistas como un moretón.
Una picada o una quemadura leve hará que nuestro cuerpo reaccione y son esos estímulos los que pueden ser afectados por el estado psicológico de una persona y su ánimo o actitud cuando sucede una situación que nos perjudique
Por otro lado también es común en el ser humano la búsqueda de acciones que causen un efecto totalmente diferente, como el placer que es un tipo de estímulo que al contrario del dolor causa en el organismo respuestas positivas y adictivas como disfrutar de tu comida favorita, el escuchar la música de tu mejor preferencia u otras actividades.
La similitud en los estímulos inversos
Al estudiar con más detalle los estímulos inversos podemos observar que se relacionan de forma estrecha y algunas personas buscan dolor para sentir placer pero ¿de dónde viene esta relación? Se puede hallar una respuesta en la biología y es que cuando sentimos dolor o placer en ambas el estímulo causa una reacción con aspectos similares en el cerebro, liberando dopamina.
Por otra parte, cuando sentimos dolor, el cuerpo se prepara para superarlo para proceder al siguiente estimulo de alivio cuando sufrimos una presión indeseada.
La relación psicológica en estos estímulos
El aspecto psicológico de los estímulos y su relación es totalmente fascinante para su estudio y el contar con personas que llevan esta asociación a un punto extremista no es en los tiempos actuales un misterio ya que muchos individuos en su búsqueda del placer recurran a un dolor autoinflingido, desde prácticas que pueden rozar el tema tabú.
Todo esto motivado por el hecho de que al superarlo el placer le seguirá y será visto como alguien más resistente.