Un rasgo común y distintivo de todas las civilizaciones antiguas es la fuerte presencia del componente mitológico.
Aún en nuestros días, en nuestra civilización occidental, postmoderna y fundamentada en la razón y la ciencia, persisten elementos mitológicos.
Los mitos son un asunto biológico
Llama la atención el hecho de que pueblos tan distintos, con unas condiciones geográficas tan dispares. Como por ejemplo la civilización Azteca y la egipcia, terminen adorando a divinidades con características animales y, además, hayan realizado construcciones (pirámides) con fines rituales.
Para algunos investigadores, estudiosos de los mitos y las tradiciones de los pueblos esto tiene una explicación biológica.
Uno de los más grandes mitólogos: Joseph Campbell, cuyo trabajo se basaba en los estudios del psicólogo Carl Gustav Jung sobre los sueños, atribuía las coincidencias que existían entre los mitos de culturas distintas, al elemento biológico que es común a toda la especie humana.
Sueños recurrentes y mitos antiguos
Por tal razón decía Campbell basado en Jung, que los humanos, sin importar el lugar de procedencia, nivel académico, posición social, a lo largo de su vida experimentan sueños recurrentes.
Sueños que son comunes y reiterativos como soñar que se está volando o caminando para despertar de pronto con la súbita sensación de que se cae irremediablemente al vacío.
Ahora bien una vez sabemos esto quizá nos preguntemos ¿qué relación existen entre los sueños, los mitos y las creencias de las civilizaciones antiguas como la egipcia, griega y la romana?
Y una respuesta a esa interrogante es que los mitos son una explicación para lo que ocurre pero no se comprende del todo.
Al ser los mitos una explicación y una respuesta a las grandes preguntas de la humanidad (la vida, la existencia, la muerte, los fenómenos naturales y biológicos) estos terminan coincidiendo.
Así los dioses bien sean los dioses yorubas, las deidades egipcias, griegas, aztecas, incas, mayas, polinesias son la fuerza que transforma y hace posible todo lo inexplicable que ocurre a nuestro alrededor.
Por eso no debe sorprendernos el hecho de encontrarnos con dioses con atributos similares en distintas mitología. Por ejemplo tomemos el caso de un fenómeno de la naturaleza como las tormentas eléctricas y los rayos. Pues para los africanos el responsable de los rayos es Shango (el rey de todos los dioses), para los nórdicos Thor (el dios más poderoso) lo que nos remite al Zeus de los griegos.